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Biotecnología en Movimiento · Año 7 · Número 24.
Publicado el 31 de marzo del 2021.

Número especial sobre:

Agentes de control biológico

Enero, Febrero y Marzo de 2021



En el mundo existen actualmente casi 7 mil millones de seres humanos y la estimación del Banco Mundial es que llegaremos a ser unos 8 mil millones de personas para el 2030. La FAO asegura que la superficie cultivable no aumentará y que, debido a la escasez de agua y la erosión, inclusive disminuirá. Por tanto, los retos principales a los que se enfrenta la agricultura son: (a) alimentar a la creciente población con menos superficie cultivable y (b), lograr una producción con menores recursos o con otros insumos, de manera sostenible, lo cual implica la atención a la salud pública y ambiental, sin menoscabo del desarrollo social. Evidentemente, esto no será posible utilizando las prácticas agrícolas convencionales. En este número especial presentamos un panorama general del Control Biológico (CB), como una estrategia clave para el desarrollo de una agricultura sustentable, basada en la sustitución de plaguicidas de síntesis química, por organismos particulares y productos de origen biotecnológico. En los artículos se relaciona la necesidad permanente de proteger de plagas y enfermedades a la producción de alimentos, con la aplicación de prácticas alternativas realistas, que reducen o hacen muy esporádico el uso de ‘agroquímicos’ y asimismo, con las capacidades institucionales para seguir generando conocimiento científico y desarrollando innovaciones tecnológicas (con impacto comercial), para aprovechar a los enemigos biológicos naturales de los organismos fitopatógenos, y controlar a estas poblaciones de un modo denominado biorracional. Desde el inicio de la agricultura —que incluye tanto la producción como el almacenamiento, e incluso algunas preparaciones de los productos del campo— se han caracterizado muchos tipos de plagas y enfermedades causadas por bacterias, hongos, oomicetos, nematodos, insectos y también virus. Estos organismos pueden llegar a causar pérdidas mayores al 60% en la producción agrícola causando daño por enfermedades (tizones, pudriciones, marchitamientos y otros nombres), o las plagas, al devastar directamente a los cultivos (p.ej., insectos y malezas). Su efecto en el follaje, las raíces, en flores y frutos, así como de los granos y verduras después de la cosecha de diversas especies, abaten el rendimiento, la calidad sanitaria y nutrimental, volviendo incluso inutilizables los alimentos. La investigación y desarrollo en varias disciplinas biológicas básicas y aplicadas, han revelado una arsenal importante de organismos antagonistas de los organismos nocivos —vía depredación, parasitismo, competencia y otras interacciones — haciendo posible un control biológico que puede ser más efectivo y extendido. Así, se han identificado también virus, bacterias, hongos que por sí mismos y/o a través de sus bioproductos, han sido utilizados con éxito en el control biológico de plagas y enfermedades. En los siguientes artículos de este Número especial podrá obtenerse un panorama actualizado de la diversidad de Agentes de Control Biológico (ACB); de los mecanismos y estrategias para la prevención y remediación de las infestaciones más comunes y también, de las actuales limitantes para la transición hacia una agricultura sustentable, para que nos percatemos y atendamos todos, los retos alimentarios de hoy y mañana, bajo una perspectiva social, económica y ambiental integrada.

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