¿Por qué Biotecnología en Movimiento?
Laura A. Palomares y Tonatiuh Ramírez
Empecemos por el nombre: “Movimiento”. ¿Por qué hablar de movimiento cuando nos referimos a la biotecnología? Porque desde el inicio de la humanidad, la biotecnología ha estado en constante evolución. La biotecnología surgió desde que el primer ser humano, sin saberlo, empezó a explotar las fabulosas propiedades de los microorganismos para transformar materias primas y crear novedosos productos y procesos de valor incalculable para aquellas primeras sociedades. Desde entonces, la biotecnología ha estado en constante progreso, desde la llamada Biotecnología Tradicional, a la Biotecnología Clásica y finalmente a la Biotecnología Molecular (figura 1).
Figura 1. Etapas principales de la biotecnología.
En su primera etapa, la humanidad logró un enorme progreso al crear nuevos productos, como quesos, bebidas fermentadas y pan, que no solamente conferían propiedades nutrimentales mejoradas, sino que permitieron conservar los alimentos por tiempos prolongados. Ambos aspectos contribuyeron de manera radical al desarrollo de las primeras civilizaciones, que irónicamente desconocían los fundamentos de las transformaciones que originaban tales productos y con frecuencia se atribuían a poderes místicos, religiosos o sobrenaturales.
Es hasta el surgimiento del positivismo del siglo XIX que tales explicaciones son desechadas y remplazadas por fundamentos científicos basados en la experiencia y la observación. Así surge la Biotecnología Clásica, con Louis Pasteur como uno de los paladines más emblemáticos, cuya demostración que microrganismos vivos son los responsables de los procesos de fermentación, aniquila la teoría de la generación espontánea e inicia un nuevo florecimiento de la biotecnología, ya no solo en los campos de la alimentación, sino ahora también en la medicina, la industria, la química, la agricultura y la ciencia en general.
El movimiento y progreso de la biotecnología se aceleró en el siglo XX, con la culminación del desciframiento de la estructura del ADN por James Watson y Francis Crick, que dio lugar a la Biotecnología Molecular, y con las contribuciones de científicos como Herbert Boyer, Paul Berg y Stanley Cohen, que dieron origen a la ingeniería genética, y junto con la participación de empresarios visionarios, como Robert Swanson, llevaron los descubrimientos básicos al plano aplicado para salvar vidas a través de medicamentos novedosos (figura 2).
Figura 2. a) Paul Berg, b) Stanley Cohen (Fotos: Stanford School of Medicine); c) Robert Swanson y Herbert Boyer (Foto: Steve Northup).
La Biotecnología Molecular no se limitó al campo médico, sino que abrió posibilidades, prácticamente ilimitadas, en muchísimas áreas en beneficio de la sociedad, haciendo realidad la manipulación y expresión de genes y producción de proteínas de una especie en otra. La Biotecnología Molecular ha transformado para bien al ser humano y sigue avanzando a pasos agigantados, por ejemplo, con desarrollos en edición genética, ingeniería de tejidos, células artificiales, producción de proteínas espejo (sintetizadas a partir de D-aminoácidos u otros aminoácidos no naturales), y la conjunción con otras disciplinas, como la inteligencia artificial, la microelectrónica y la nanotecnología, entre otras, abriendo caminos impensables hace apenas unas décadas. Este movimiento requiere, ahora más que nunca de la participación no solo de científicos y tecnólogos, sino de la sociedad en general como actores centrales en cualquier avance de esta magnitud que tendrá impactos a nivel global, y cuyas implicaciones deberán de ser analizadas objetivamente en todas las dimensiones, particularmente las éticas y morales.
Es claro que la biotecnología nunca se ha detenido y ha estado, ahora más que nunca, en movimiento constante. Es por esto que el ADN de nuestra disciplina está entretejido en el nombre de nuestra revista Biotecnología en Movimiento.
Asumir la dirección del Instituto de Biotecnología de la UNAM no solamente es un gran honor y privilegio, sino que representa un desafío para mantener en movimiento la pujante marcha de una institución ejemplar en México. Por supuesto, cada dirección imprime su peculiar fisonomía y se mueve hacia rutas que se alinean a su propia visión. Así, hace 10 años, la dirección del Dr. Tonatiuh Ramírez tuvo la visión de crear la Secretaría de Vinculación, encabezada inicialmente por el Dr. Enrique Galindo, creando el proyecto de la revista Biotecnología en Movimiento (Figura 3).
Figura 3. Presentación del primer número de la revista “Biotecnología en Movimiento” en el auditorio del Instituto de Biotecnología de la UNAM (Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC).
En sus diez años de vida, Biotecnología en Movimiento nos ha llevado a través de una travesía fascinante, recorriendo los capítulos y desarrollos más interesantes y apasionantes de todas las etapas de la biotecnología desde la tradicional a la clásica y llegando a la molecular. Además, lo ha logrado con un lenguaje ágil y jovial en un formato alegre y atractivo para una lectura accesible a todos los sectores de nuestra sociedad.
¿Qué busca la revista Biotecnología en Movimiento?
- Rendir cuentas a la sociedad por parte de una comunidad que eminentemente se debe a ella. En México, el Estado es el principal financiador de la investigación científica y, por ende, es la sociedad mexicana a través de sus impuestos la que aporta los recursos. Así, en un ejercicio de congruencia con nuestros patrocinadores, la revista Biotecnología en Movimiento cumple la función fundamental de informar, en términos sencillos, lo que día a día nuestros colegas biotecnólogos desarrollan, las preguntas que se hacen y los hallazgos que generan con el fin último de desentrañar los misterios de la naturaleza que en muchas ocasiones derivan en beneficios tangibles para la humanidad.
- Combatir a la desinformación al transmitir con veracidad y objetividad los grandes logros y beneficios de la biotecnología. Desafortunadamente, a raíz de la vorágine de contenidos disponibles en los medios masivos de información, la verdad y objetividad pueden sucumbir, transmitiéndose verdades a medias o de plano mentiras flagrantes o información tendenciosa que confunde e inclusive atemoriza al público no experto en temas científicos. La biotecnología no ha sido ajena a este fenómeno y, desafortunadamente, la desinformación puede causar grandes riesgos a la sociedad, como por ejemplo la información errónea y engañosa sobre las vacunas. Gracias a la vacunación, la humanidad ha superado, a lo largo del último siglo, el terrible flagelo de muchas enfermedades infecciosas transmisibles. Sin embargo, la propagación de información falsa ha resultado en un número preocupante, y en aumento, de individuos que rechazan la vacunación. Esto ha causado el resurgimiento de enfermedades, como el sarampión, que había sido básicamente contenido en la mayoría del mundo. Mediante las contribuciones de Biotecnología en Movimiento, se busca aportar a una sociedad mejor informada con datos objetivos, y por lo tanto mejor preparada para tomar decisiones sobre los distintos temas que le son de vital importancia, como la salud, la alimentación y el medio ambiente.
- Inspirar a las nuevas generaciones que aspiran impactar positivamente a su sociedad a través del conocimiento. Biotecnología en Movimiento busca alcanzar a los jóvenes que pronto deberán definir sus carreras y vida profesional. Así, nuestra revista se ha constituido como un espacio, no solamente de comunicación, sino de inspiración para despertar vocaciones en los jóvenes y contribuir a la consolidación de sus futuros profesionales, acercándoles la ciencia y la tecnología.
Consideramos que nuestra revista ha acercado a la biotecnología a la sociedad y ha disipado temores e información falsa para que siga siendo un motor de desarrollo, progreso y bienestar para la humanidad; acercar la biotecnología a los jóvenes para que vean en ella un fabuloso espacio de desarrollo personal y profesional; y finalmente, rendir cuentas como científicos a la sociedad que patrocina y financia nuestro quehacer, transmitiéndole con claridad la importancia de la ciencia y la tecnología y que no hay mejor manera de progresar y seguir el movimiento, que invirtiendo en ella.
Por supuesto, no existe ningún proyecto sin un campeón que lo lidere, y ese campeón se llama Enrique Galindo, Editor en jefe de la revista. Agradecemos muy sinceramente la incansable labor del Dr. Galindo, quien con visión y esfuerzo ha colocado a nuestra revista en un lugar de privilegio. Y, evidentemente agradecer también a la extraordinaria comunidad del Instituto de Biotecnología, la tierra fértil de Biotecnología en Movimiento, que, con el incansable y espléndido trabajo de Georgina Ponce, Jaime Padilla y Mónica Pineda como Editores ejecutivos, Walter Santos como Webmaster y Francisco Sánchez como diseñador, permanece 10 años después más fuerte que nunca. Hay que agradecer sin duda a las personas que conforman su Comité Editorial, y a cada uno de los autores de los más de 320 artículos publicados en estos diez años. Gracias a ustedes, la biotecnología sigue en movimiento, y con ella, también el Instituto de Biotecnología.
¡Felicidades por estos 10 años y gracias por ser parte de esta historia!
Figura 4. De izquierda a derecha, Jaime Padilla (editor ejecutivo 2020-2023), Walter Santos (webmaster y diseñador web), Francisco Sánchez (diseñador gráfico), Georgina Ponce (editora ejecutiva 2015-2020), Mónica Pineda (editora ejecutiva 2023-actualidad) y Enrique Galindo (editor en jefe).
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Acerca de los autores
Laura A. Palomares Aguilera es Ingeniera Bioquímica por el Tecnológico de Monterrey y Doctora en Ciencias por la UNAM. Realizó un posdoctorado en la Universidad de Cornell, EUA, y actualmente es Investigadora Titular C y directora del Instituto de Biotecnología de la UNAM e Investigadora Nacional nivel III. Su trabajo se centra en el diseño de procesos para la producción de proteínas recombinantes y vacunas. Ha publicado más de 70 artículos científicos, tiene 3 patentes y ha formado a decenas de investigadores. Ha sido asesora de COFEPRIS, la Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos y CEPI. Ha recibido numerosos reconocimientos, como el Premio Universidad Nacional en Innovación Tecnológica (2018) y el Interciencia Award in Life Sciences (2014). Tonatiuh Ramírez Reivich es ingeniero químico por la UNAM, donde se graduó con mención honorífica. Obtuvo la maestría y el doctorado en Ingeniería Química y Bioquímica en la Universidad de Drexel (Filadelfia, Estados Unidos). Desde 1990 es investigador en el Instituto de Biotecnología donde fungió como director del 2014 al 2020, dando lugar a la creación de la Secretaría de Vinculación y su revista “Biotecnología en Movimiento”; actualmente es investigador titular C, PRIDE D, y desde 1999 nivel III del SNI.
Contacto: laura.palomares@ibt.unam.mx; tonatiuh.ramirez@ibt.unam.mx